El sal es un conservante natural.
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Coloca una capa de sal en el fondo de un recipiente.
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Añade los dientes de ajo enteros o pelados.
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Cubre completamente con más sal.
Esto previene la aparición de moho y mantiene el ajo firme y fresco.
Método 3: Conservar el ajo en aceite
Ideal si quieres tener ajo listo para usar.
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Pela los dientes de ajo.
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Colócalos en un frasco de vidrio.
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Cúbrelos completamente con aceite de oliva o de girasol.
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Guarda el frasco en el refrigerador.
El ajo se mantiene fresco y el aceite se perfuma deliciosamente. Consúmelo en 2 a 3 meses.
Método 4: Suspender el ajo en mallas o medias de nylon
Una técnica simple y muy eficaz.
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Introduce una cabeza de ajo en una media de nylon o una malla.
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Haz un nudo y añade otra cabeza de ajo, repitiendo el proceso.
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Cuelga en un lugar oscuro y bien ventilado.
El ajo respira, se mantiene seco y puede conservarse varios meses.