1- Tenemos que tener leña con un fuego bastante alto. Cuando esté en ese punto, ponemos el disco de arado boca abajo, cosa que le de bien el fuego directo en el oxido. Una vez que este bien caliente, le pasamos grasa de vacuna o de cerdo y lo quemamos otra vez.
Cuanta más veces lo quemes, mejor. Pero para que te des una idea, quemarlo 3 veces sería suficiente.
2- Una vez que terminemos de quemar el disco, simplemente le pasamos servilleta por todo el interior hasta que quede bien limpio.
3- Y ya se podría utilizar sin problemas. Ahora bien, si notas que el disco sigue un poco oxidado, te recomendamos que lo quemes una o dos veces más para que quede perfecto. Obviamente si tu disco ya tiene agujero o le falta una parte, es mejor pensar en cambiarlo cuanto antes.
Acordate que siempre que lo termines de utilizar, enjuagarlo y ponerlo a secar en la leña. Una vez que este bien caliente, le tiramos grasa y dejamos que se derrita por un tiempo. Con una servilleta llevamos la grasa en todo el interior del disco y ya la podes guardar sin problemas.
