Prepará el cartón: asegurate de que esté seco, limpio y sin restos de cinta o grasa. Si es fino, podés reforzarlo pegando dos capas juntas.
Aplicá la mezcla: extendé la pasta con una espátula o con un pincel duro sobre toda la superficie. Podés hacerlo liso o con textura, según el efecto que busques.
Dejá secar bien: el tiempo de secado dependerá del espesor y del clima, pero suele tardar entre 24 y 48 horas.
Lijá si querés un acabado más parejo: una vez seca, podés suavizar con una lija fina o dejar la textura natural para un aspecto más rústico.
Decorá o sellá: pintá con acrílico, aplicá una pátina o barnizá para proteger y realzar el color de la arena.
Tips y consejos:
Si querés una capa más resistente, aplicá dos manos finas en lugar de una gruesa.
Para un efecto más artesanal, mezclá un poco de cemento blanco o yeso con la arena antes de aplicarla.
También podés usar esta técnica sobre madera o telgopor para darles un acabado tipo piedra.
Si el clima es húmedo, ayudate con un ventilador para acelerar el secado.
Para proyectos al aire libre, aplicá una capa final de barniz impermeable.
Si querés un tono más natural, podés usar arena de distintos colores o incluso mezclar con un poco de tierra del jardín.
Conservá la pasta tapada si no la vas a usar enseguida, para que no se endurezca.
Con esta mezcla sencilla podés transformar cualquier pieza de cartón en una estructura firme, decorativa y duradera.
Es una técnica fácil, económica y perfecta para todo tipo de proyectos creativos.
vedere il seguito alla pagina successiva