-
En un recipiente, mezcla bien el bicarbonato de sodio, el azúcar y el ácido bórico hasta que se integren completamente.
-
Si lo prefieres, añade unas gotas de aceite esencial de menta. Además de ofrecer un aroma fresco, la menta actúa como un potente repelente natural.
-
Si deseas una textura más compacta, agrega un poco de agua hasta obtener una pasta homogénea.