El aceite de clavo es uno de esos remedios tradicionales que se ha utilizado durante siglos, especialmente en hogares donde se prioriza lo natural, aunque muchas personas nunca han intentado hacerlo por sí mismas. ¿La buena noticia? Puedes preparar tu propio aceite de clavo en casa con ingredientes simples, sin equipo especial y solo un poco de paciencia. El resultado es un aceite fragante, potente y sorprendentemente versátil que puedes usar para la salud, la belleza e incluso para el hogar.
A continuación encontrarás una guía completa: cómo prepararlo paso a paso, cómo usarlo de forma segura y qué beneficios ofrece.
¿Qué es el aceite de clavo?
El aceite de clavo es una preparación elaborada a partir de clavos secos, ya sea en forma de aceite infusionado o similar a un aceite esencial. Estos clavos contienen compuestos naturales—especialmente eugenol—que le dan su fuerte aroma y sus poderosas propiedades medicinales.
La versión casera puede no ser tan concentrada como un aceite esencial comercial, pero es más suave, segura para la mayoría de usos y aun así muy eficaz.
Cómo hacer aceite de clavo casero (MÉTODO FÁCIL)
Existen varias formas de preparar aceite de clavo, pero esta es la más simple y tradicional. Utiliza una infusión caliente que extrae los compuestos beneficiosos sin quemar los clavos.
Ingredientes necesarios
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½ taza de clavos enteros (secos)
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1 taza de aceite portador (aceite de oliva, coco, almendra dulce o jojoba)
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Un frasco de vidrio limpio con tapa
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Una olla pequeña o cacerola
Instrucciones paso a paso
1. Tritura los clavos
Usa un mortero o la parte trasera de una cuchara para triturar ligeramente los clavos.
No necesitas pulverizarlos, solo romperlos un poco para liberar los aceites internos.