1. Saca los ingredientes del refrigerador con antelación. Deben estar a temperatura ambiente.
2. En un recipiente hondo, bate los huevos, el azúcar y la vainilla con una batidora. Agrega la leche y mezcla bien.
3. Transfiere la mezcla a una cacerola y calienta a fuego lento o al baño maría. Remueve constantemente hasta que la mezcla espese. ¡No dejes que hierva! Retira del fuego y deja enfriar.
4. Bate la mantequilla ablandada con una batidora de pie hasta que esté blanca y esponjosa. Sin dejar de remover, añade la mezcla de huevo.
5. Hacia el final, añade el coñac (si lo deseas) y remueve hasta que esté suave.
6. ¡La crema está lista!
¡Que tengas un buen provecho con tus seres queridos!
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