Si querés darles un toque más navideño, podés decorarlas con glasé real, azúcar impalpable o baño de chocolate.
Para un aroma especial, añadí ralladura de limón, naranja o unas gotas de esencia de almendra.
Si preferís una versión más crocante, estiralas un poco más finas y cocinalas un par de minutos adicionales.
También podés agregar una cucharada de cacao en polvo a la masa para hacer galletitas de chocolate.
Guardalas en un frasco hermético; se conservan perfectamente durante varios días sin perder su textura.
Son ideales para preparar con chicos, ya que pueden elegir las formas y ayudar con la decoración.
Si querés regalar algo hecho por vos, colocalas en bolsitas decoradas o latas metálicas con moños festivos.
Para que el aroma sea aún más intenso, espolvorealas con canela o azúcar rubia antes del horneado.
Si usás cortantes con formas grandes, podés hacerles un pequeño agujero antes de hornear para colgarlas como adornos en el arbolito.
Una vez frías, también podés unirlas de a dos con dulce de leche o mermelada para crear galletitas rellenas irresistibles.
Estas galletitas, simples y llenas de sabor, son parte de esos pequeños placeres que hacen que la Navidad tenga ese aroma tan especial a manteca y horno.
Perfectas para compartir o regalar, siempre alegran la mesa con su toque casero y festivo.