Cómo hacer las mejores torrijas caseras — con curiosidades incluidas

 

Cómo preparar torrijas tradicionales
➀ Elegir y preparar el pan
Debemos descartar panes blandos o pan de molde, y buscar un pan con miga consistente, que empape bien pero no se deshaga.
Lo ideal es cortarlo en rodajas de entre 1,5 y 2 cm de grosor, como el que ves en la imagen.

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Pan del día anterior cortado en rebanadas
Pan del día anterior cortado en rebanadas gruesas
También va genial el pan candeal, de corteza fina y densa, que absorbe sin romperse.
Y si es pan del día anterior —o incluso de dos días—, mucho mejor: así aguanta bien el baño en leche.

➁ Aromatizar la leche
Vamos con la base que va a dar todo el sabor a nuestras torrijas: la leche aromatizada.
Yo he utilizado unos 750 ml, junto con 75 gramos de azúcar, cáscara de naranja y cáscara de limón, es como más me gusta. Pero si tú prefieres hacerlo de un modo más tradicional, añade también canela en rama.

Leche infusionada con cítricos
Infusionamos la leche con cáscaras de naranja y limón para aromatizar nuestras torrijas
Una vez que tengamos la leche con todos los aromáticos al fuego, la calentamos y la llevamos justo hasta el primer hervor,
cuando vaya a empezar a cocer.
En ese punto la retiramos del fuego, la tapamos, y la dejamos infusionar unos minutos, para que la fruta suelte todo su aroma.

Y muy importante: dejamos que la leche se enfríe antes de usarla, así el pan no se reblandezca demasiado al remojarlo.
Ese detalle es clave para conseguir una buena textura.

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➂ Remojar el pan
Una vez que la leche no esté caliente, pasamos a empapar las rebanadas de pan. Lo más fácil para hacerlo es
colocarlas, sin que se superpongan ,en una fuente amplia y verter la leche aromatizada por encima, colándola.

Leche vertida sobre el pan
Bañamos el pan con la leche aromatizada para que empape bien

Ahora, dejaremos que reposen así al menos 30 minutos o incluso mejor una hora, para que absorban bien el líquido.

➃ Pasar por huevo y freír
Pasado este tiempo, las sacaremos del remojo, con cuidado de no romperlas. Batimos un par de huevos y les damos un buen baño aquí, deben quedar bien cubiertas por ambos lados.

Rebanada de pan empapada en huevo batido
Rebozamos en huevo batido justo antes de freír
Y solo nos queda freírlas en abundante aceite caliente (mejor de girasol o de oliva suave). Las iremos cocinando por tandas.
y con el fuego a temperatura media-alta, lo justo para que se doren sin quemarse ni absorber demasiado aceite.

Torrijas friéndose en aceite caliente
Cuando estén bien doraditas por fuera las sacaremos a un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.

➄ Rebozar
Con las torrijas aún templadas, las espolvorearemos una mezcla de azúcar y canela. Este paso le da ese acabado tan característico, dulce y crujiente por fuera.
orrijas caseras doradas en plato de cristal
Torrijas recién hechas, doradas y espolvoreadas con azúcar, listas para disfrutar
Preguntas frecuentes sobre las torrijas
⨀ ¿Puedo hacerlas sin canela?
Sí. En esta receta la canela se reserva para espolvorear al final, pero si no te gusta, puedes omitirla por completo o sustituirla por un poco de vainilla o ralladura de naranja.

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⨀ ¿Se pueden hacer con leche vegetal o sin lactosa?
Claro. Puedes usar bebida de avena, almendra, soja… o leche sin lactosa. El resultado será ligeramente distinto, pero igualmente rico.

⨀ ¿Cómo evitar que se rompan al freírlas?
Asegúrate de que el pan esté asentado y usa leche fría para remojarlo. Sácalas con cuidado del remojo, escúrrelas bien, y fríelas en aceite caliente pero no humeante.

⨀ ¿Se pueden hacer al horno o en airfryer?
Sí, aunque pierden parte del encanto tradicional. Puedes adaptarlas para que sean más ligeras.

⨀ ¿Se pueden preparar con antelación?
Sí. De hecho, al reposar están aún más ricas. Puedes guardarlas en la nevera bien tapadas y dejarlas a temperatura ambiente antes de servir o darles un pequeño golpe de calor.

Curiosidades que no sabías (o sí 😉)
➤ Parece ser que las torrijas tienen raíces romanas:
En el recetario de Apicio (De re coquinaria, siglos IV–V d.C.) ya aparece un dulce similar, aunque sin huevo.

➤ Más allá de la Semana Santa, en Madrid se servían como tapa en las tabernas, acompañadas de vino. De ahí viene el dicho de “tener una torrija”.

➤ Y no podía faltar el punto charro: la primera receta escrita en España aparece en un recetario salmantino, el de Domingo Hernández de Maceras (1607) , aunque ya antes, en 1496, Juan del Encina, también salamantino, las menciona en un villancico. ¡Grande mi tierra.!

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