Preparar salame casero puede parecer una tarea complicada, pero con los ingredientes adecuados, un buen proceso de curado y algo de paciencia, es posible lograrlo sin usar tripas ni embutidora.
En esta receta aprovechamos el papel microperforado —usado tradicionalmente para curar bondiola—, que cumple la función de permitir el secado lento y parejo de la carne, conservando sabor, aroma y textura.
El resultado es un embutido firme, equilibrado en condimentos y con ese perfil artesanal único que tanto distingue a los productos caseros.
Ingredientes
1 kilo de jamón de cerdo
1 kilo de paleta de res
400 g de tocino
70 cc de vino tinto
70 cc de whisky
1 cucharada de ajo en polvo
(o 2 dientes de ajo picados)
50 g de grasa refinada
70 g de sal fina
15 g de pimienta negra en granos
10 g de pimienta cayena (opcional, picante)
20 g de pimentón dulce
Material: Papel microperforado para embutidos o curados.
Preparación paso a paso
1. Preparar las carnes
Pica el jamón de cerdo, la paleta de res y el tocino. Se recomienda hacerlo a cuchillo para conseguir una textura rústica y típica del salame. La proporción de magro y grasa es clave para obtener un salame jugoso pero firme.
2. Incorporar la grasa refinada
La grasa refinada mejora la textura final y ayuda a que el salame no se reseque durante el curado. Distribúyela bien entre todas las carnes.
3. Condimentar
Agrega la sal fina, la pimienta negra en granos, el ajo, el pimentón dulce y, si te gusta el toque picante, la pimienta cayena.
Es importante distribuir los condimentos de forma pareja para que el sabor sea uniforme en toda la pieza.
4. Añadir el vino y el whisky
El vino aporta aroma y humedad inicial, mientras que el whisky colabora con el sabor y ayuda a desinfectar la mezcla.
Trabaja la preparación con las manos para integrar bien cada ingrediente.