Un manojo de perejil fresco
Un vaso o frasco limpio y transparente
Agua fría potable
Una bolsa plástica perforada o papel de cocina reutilizable
Un cuchillo o tijeras de cocina
Un refrigerador o sitio fresco de la casa
Opcionalmente, puedes usar un poco de papel absorbente ecológico para evitar excesos de humedad.
Preparación y aplicación
1. Preparación
Primero, retira las hojas marchitas o amarillentas del perejil y corta las puntas de los tallos (unos 2 cm). Esto ayudará a que la planta absorba mejor el agua. Llena un vaso o frasco limpio con agua fría, aproximadamente hasta la mitad o un poco más, y coloca el perejil con los tallos sumergidos en el agua, como si fuera un ramo corto de flores. Ten en cuenta que la temperatura ideal es fresca, entre 4 °C y 10 °C, para evitar el deterioro prematuro.
Precauciones básicas: manipula el perejil con las manos limpias y evita sumergir las hojas en el agua para prevenir hongos. No uses agua caliente ni jabones, y ventila bien la cocina durante la tarea.
2. Aplicación o uso
Cubre el vaso con una bolsa plástica perforada o envuelve el perejil sin apretar con papel de cocina ecológico para disminuir la humedad en las hojas. Coloca el conjunto en el refrigerador, preferiblemente en un lugar donde no reciba luz directa ni demasiada humedad ambiental. Cambia el agua cada 2 o 3 días para mantenerla fresca y prevenir malos olores o bacterias. Este cuidado debe realizarse de forma regular para conservar la planta durante semanas o incluso meses.
Este método es especialmente útil para quienes cocinan con hierbas frescas con frecuencia y desean evitar el desperdicio, usando lo justo según la receta del día.
3. Mantenimiento o conservación