- Cosecha a mano y con el pedúnculo (rabito) para que duren más.
- Evita recogerlas después de lluvias, ya que el exceso de agua acelera su deterioro.
- Guarda las cerezas en el refrigerador, donde pueden conservarse entre 5 y 10 días.
- Para almacenamiento prolongado, puedes congelarlas o transformarlas en mermeladas, compotas o licores.
10. Cerezo en maceta
Si no tienes jardín, también puedes cultivar un cerezo en una maceta grande (mínimo 40 litros). Elige una variedad enana o semienana, como ‘Compact Stella’.
Cuidados en maceta:
- Usa sustrato fértil y con buen drenaje.
- Riega más a menudo, pues el sustrato se seca con rapidez.
- Renueva parte de la tierra cada dos años y poda regularmente para controlar su tamaño.
11. Beneficios de cultivar cerezos
Más allá de su belleza y fruto, tener un cerezo en casa ofrece numerosos beneficios:
- Atractivo ornamental: su floración primaveral es una de las más espectaculares del jardín.
- Valor ecológico: atrae abejas y otros polinizadores.
- Salud y nutrición: las cerezas son ricas en antioxidantes, vitaminas A y C, y ayudan a mejorar el sueño gracias a su contenido natural de melatonina.
- Satisfacción personal: ver florecer y fructificar un árbol cultivado por ti mismo es una experiencia gratificante.
12. Consejos finales para el éxito
- Elige bien la ubicación: un lugar soleado y protegido del viento.
- Evita el exceso de agua: los cerezos odian los suelos encharcados.
- Mantén un riego equilibrado: especialmente en los meses cálidos.
- Vigila las plagas y actúa a tiempo.
- Ten paciencia: los cerezos suelen empezar a dar fruto a partir del tercer o cuarto año.
Conclusión
Plantar y cultivar un cerezo es una tarea que combina paciencia, observación y cariño por la naturaleza. Con los cuidados adecuados —una buena elección de variedad, un suelo fértil y un mantenimiento regular— podrás disfrutar cada año de su impresionante floración y de sus deliciosas frutas.