Al principio, el abusador narcisista parece irresistible. Es atento, amable y sabe exactamente qué decir para ganarse la confianza. Sin embargo, tras esta encantadora fachada se esconde una personalidad dominante y fría.
Con el tiempo, comienzan a aparecer pequeñas críticas, provocaciones y sutiles actos de devaluación. No aceptan que se les contradiga y harán lo que sea necesario para mantener el control.
Ten en cuenta lo siguiente:
Alternan entre gestos de afecto y desprecio velado.
Te hacen dudar de tu propia percepción de la realidad.
Se victimizan para evitar asumir responsabilidades.
La manipulación como herramienta de control
El abusador narcisista no se conforma con dominar: manipula para confundir, controlar y culpar.
Una de las estrategias más utilizadas es el gaslighting, una forma de distorsionar los hechos y hacer que la víctima dude de sí misma.
Ejemplos comunes: