Niega situaciones evidentes: “Te lo estás imaginando”.
Explota tus emociones para conseguir lo que quiere.
Te aísla de tus amigos y familiares, dificultando el apoyo externo.
Esta manipulación crea dependencia emocional y debilita el juicio de la víctima, haciendo que la separación sea cada vez más difícil.
Falta total de empatía.
El abusador narcisista es incapaz de sentir empatía real. Solo le interesan los demás en la medida en que le conviene.
Tu dolor y tus sentimientos le son irrelevantes. Incluso puede fingir comprensión, pero solo cuando puede sacar provecho.
Señales reveladoras:
Ignora o minimiza tu sufrimiento.
Evita disculparse o lo hace falsamente.
Explota a las personas sin ofrecer nada a cambio.
Una relación agotadora y destructiva.
Con el tiempo, la relación se convierte en un ciclo de halagos y humillaciones. Un día te ensalza, al siguiente te menosprecia. Este patrón de valoración y devaluación te mantiene emocionalmente atrapado/a.
Cómo te va debilitando poco a poco:
Utiliza críticas sutiles y constantes.
Te obliga a justificarte constantemente.
Manipula mediante la culpa y la confusión.
Reconocer este patrón es el primer paso para romper el ciclo y recuperar tu autonomía.
Cómo protegerte y liberarte.
