Cómo “sacar” todos los químicos del pollo del supermercado: el consejo que me dio un trabajador del matadero

  1. Lava el pollo con abundante agua fría para retirar restos superficiales.

  2. Prepara una mezcla con:

    • 1 litro de agua

    • El jugo de 1 limón

    • 1 cucharada de vinagre blanco

    • 1 cucharadita de sal gruesa

  3. Deja el pollo en remojo en esa mezcla durante 15–20 minutos.

  4. Enjuaga nuevamente con agua fría y sécalo con papel absorbente.

Este proceso ayuda a neutralizar parte de los aditivos, eliminar olores y dejar la carne más limpia y fresca.
El sabor cambia: más natural, menos salado, y con una textura mucho más ligera.

💡 Consejo extra: si puedes, opta por pollo de granja o de productores locales. No solo es más sabroso, sino que evitas muchos químicos y antibióticos añadidos.

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