Conservar tomates frescos por más tiempo puede parecer un desafío, pero existe un método sencillo y efectivo que te permitirá disfrutarlos incluso en invierno, sin necesidad de pasteurización.
Preparación de los tomates
El primer paso es seleccionar tomates frescos y sanos. Se lavan cuidadosamente, se cortan por la mitad y se retira el centro. Esta limpieza asegura que el sabor y la textura se mantengan al máximo durante el almacenamiento.
Aromas y hierbas frescas
Se pica ajo y perejil fresco, que se añadirán a cada frasco junto con los tomates. Esto le dará un toque de sabor especial y natural a la conserva.
Armado de los frascos
Con frascos limpios y bien lavados, se comienza a colocar los tomates junto con el ajo y el perejil. Luego se vierte agua hirviendo hasta cubrirlos. Los frascos se tapan y se dejan reposar durante 20 minutos.
Preparación del aderezo
Después de ese tiempo, el líquido se escurre en una olla para transformarlo en aderezo. Por cada frasco de 720 ml, se añade: