Costillas de cerdo agridulces – ¡Jugosas, tiernas y llenas de sabor!

  1. Marinar las costillas:
    Coloca las costillas en un recipiente grande, sazónalas con sal y pimienta, y exprime sobre ellas el jugo de los limones.
    Mezcla bien y deja marinar durante al menos 2 horas en el refrigerador para que absorban todo el sabor.

  2. Preparar el glaseado agridulce:
    En una cacerola, calienta el aceite de oliva y sofríe el ajo y la cebolla hasta que se doren ligeramente.
    Añade el vinagre y el azúcar moreno, mezclando bien hasta que se disuelva.
    Incorpora el resto de los ingredientes del glaseado: el extracto de tomate, el pimentón, la salsa inglesa, la canela y los clavos.
    Cocina a fuego bajo durante unos minutos hasta que espese ligeramente.
    Luego, licúa el glaseado hasta obtener una textura suave y homogénea. Reserva.

  3. Hornear las costillas:
    Coloca las costillas marinadas en una bandeja para horno y cúbrelas completamente con papel aluminio.
    Hornea en horno precalentado a 180°C durante 1 hora y 30 minutos.

  4. Glasear y dorar:
    Pasado ese tiempo, retira el papel aluminio, vierte el glaseado por encima y vuelve a hornear por 20 minutos más, sin cubrir, hasta que la superficie quede caramelizada y brillante.

  5. Servir:
    Saca las costillas del horno, deja reposar unos minutos y ¡prepárate para disfrutar!
    Acompaña con arroz blanco, puré de papas o una ensalada fresca.


💡 Consejos y trucos

  • Si prefieres un toque más picante, añade una pizca de chile o salsa tabasco al glaseado.

  • Puedes preparar la salsa con anticipación y guardarla en la nevera hasta por 3 días.

  • Para un acabado más crujiente, gratina las costillas los últimos 5 minutos del horneado.


⭐ Resultado final

Unas costillas de cerdo agridulces tiernas, jugosas y con una capa brillante que combina a la perfección el sabor intenso del cerdo con el equilibrio del dulce y ácido. ¡Una receta digna de restaurante, pero hecha en casa!

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