4. Amasa la masa durante unos 10 minutos hasta que esté suave y elástica.
5. Coloca la masa en un bol ligeramente engrasado, cúbrela con un paño húmedo y deja reposar en un lugar fresco durante 1 hora.
Preparar la mantequilla para el laminado:
1. Coloca la mantequilla fría entre dos hojas de papel de hornear. Con un rodillo, aplana la mantequilla hasta formar un rectángulo de aproximadamente 15×20 cm. Enfríala en la nevera mientras la masa reposa.
Laminar la masa:
1. Después del primer reposo, extiende la masa sobre una superficie ligeramente enharinada hasta formar un rectángulo de aproximadamente 40×20 cm.
2. Coloca la mantequilla fría en el centro de la masa y dobla los extremos de la masa sobre la mantequilla, sellando bien los bordes.
3. Extiende la masa hasta formar un rectángulo de nuevo. Dobla la masa en tres, como si fuera una carta. Gira la masa 90 grados y repite este proceso. Enfría la masa en la nevera durante 30 minutos.
4. Repite el proceso de estirar y doblar dos veces más, enfriando la masa en la nevera durante 30 minutos entre cada pliegue.
Formar y hornear los croissants:
1. Después del último pliegue y reposo, extiende la masa hasta formar un rectángulo de aproximadamente 60×30 cm. Corta triángulos de unos 10 cm de base.
2. Haz un pequeño corte en la base de cada triángulo y enrolla la masa desde la base hasta la punta, formando los croissants. Colócalos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear, dejando espacio entre ellos.
