No plante los clavos demasiado profundos: basta con insertarlos suavemente para favorecer su contacto con la humedad.
No deje la patata en remojo: debe permanecer ligeramente húmeda, pero no empapada.
Evite la luz solar directa: reseca la patata e impide la germinación.
No utilice clavos rotos o muy secos: es mejor utilizar clavos enteros, brillantes y ligeramente grasos al tacto.
No utilice gel de aloe vera que contenga aditivos o alcohol.
Ventajas de este método natural
No se necesita tierra ni maceta al principio.
Es ecológico, sin productos químicos.
Es educativo: perfecto para descubrir la germinación con los niños.
Se puede reproducir durante todo el año en casa.
Permite cultivar un clavelino incluso sin jardín.
Una vez que los brotes estén lo suficientemente desarrollados (unos 4 cm), podrá trasplantarlos con cuidado a una maceta pequeña llena de una mezcla de tierra ligera, tal y como se describe en el artículo Jardin Ruse sobre cómo trasplantar plantas jóvenes con raíces frágiles.