1. Mezclar los ingredientes
En una olla grande (preferiblemente de fondo grueso), combina la leche y el azúcar. Remueve con una cuchara de madera hasta que el azúcar se disuelva completamente.
💡 Consejo: Usa una olla grande porque la mezcla tiende a hacer espuma al calentarse.
2. Agregar el bicarbonato
Si deseas un dulce de leche más cremoso y sin cristales, añade el bicarbonato de sodio disuelto en una cucharada de agua. Al incorporarlo, la mezcla puede formar espuma por unos segundos —¡es completamente normal!
3. Cocinar lentamente
Cocina a fuego medio-bajo, revolviendo constantemente para evitar que la leche se pegue o se queme en el fondo.
Durante los primeros minutos, la mezcla será blanca y líquida, pero poco a poco comenzará a adquirir un tono dorado y una textura espesa y brillante.
🕐 Este proceso puede tardar entre 1 y 1 hora y 30 minutos, dependiendo del tipo de fuego y la olla.
4. Probar la consistencia
Para comprobar si está listo, coloca una pequeña porción sobre un plato frío. Si al enfriarse tiene textura de crema espesa y brillante, ya está en su punto.
Si aún está líquido, continúa cocinando unos minutos más, revolviendo siempre.
5. Enfriar y conservar
Una vez alcanzada la textura deseada, retira del fuego y deja enfriar completamente a temperatura ambiente.
Al enfriarse, el dulce de leche se volverá aún más denso.
Guárdalo en un frasco de vidrio limpio y seco, con tapa hermética.
🧊 Conservación
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