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Si prefieres un sabor más intenso, usa chocolate amargo (70%).
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Para una versión más ligera, sustituye parte del azúcar por miel o edulcorante.
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Puedes agregar un toque de licor (como Amaretto o Cointreau) a la mezcla de ricotta para un sabor más sofisticado.
💬 Resultado final:
El contraste entre la suavidad del relleno y la cobertura crujiente de chocolate hace de este postre una auténtica delicia. Perfecto para servir después de una cena elegante o para acompañar un café en la tarde.