El ajo es mucho más que un simple condimento.
Desde hace siglos, se lo considera un poderoso antibiótico natural capaz de combatir virus, bacterias y hongos de forma efectiva.

Su uso regular fortalece el sistema inmunológico y ayuda a prevenir enfermedades comunes, desde resfriados hasta infecciones más serias.
Propiedades medicinales del ajo
El secreto del ajo está en la alicina, un compuesto que se libera cuando el diente se corta o se machaca.
Esta sustancia tiene un fuerte efecto antimicrobiano y antifúngico, capaz de eliminar más de una decena de bacterias y combatir infecciones respiratorias, digestivas y de la piel.
Además, estimula la circulación, reduce el colesterol y contribuye a la desintoxicación del organismo.
Consumir ajo crudo en pequeñas cantidades ayuda a fortalecer las defensas, depurar la sangre y mejorar la salud del corazón.
También es útil para reducir la inflamación y prevenir la proliferación de bacterias dañinas en el intestino.