Primer plano de un tiramisú rectangular en un plato de vidrio, con un cuchillo cortando la capa superior de cacao en polvo. El cremoso postre se corta en porciones sobre una superficie de madera.
El tiramisú, que significa “revitalízame” en italiano, es uno de los postres más populares de Italia. Su nombre hace referencia al energizante sabor a espresso por el que es conocido. Aunque parezca atemporal, en realidad es una creación relativamente moderna en comparación con postres antiguos como el turrón y la panna cotta en capas. ¡Apareció en escena en los años 60 o 70!
El tiramisú tradicional se prepara colocando capas de bizcochos de soletilla (savoiardi) bañados en café expreso sobre un relleno esponjoso y esponjoso de yemas de huevo templadas, merengue y queso mascarpone, y espolvoreando generosamente la superficie con cacao en polvo sin azúcar. El resultado es un postre cremoso y suntuoso con un equilibrio perfecto entre amargo y dulce.
En qué se diferencia mi receta
Hay dos enfoques clásicos para hacer tiramisú: uno usa yemas y claras batidas, y el otro solo yemas. ¿Y la verdad? No hay una única versión “correcta”; las familias italianas lo hacen de ambas maneras.
Después de probar ambos métodos innumerables veces a lo largo de los años, he descubierto que la versión solo con yemas siempre me da los mejores resultados. Es más fácil de hacer, mucho más estable y mantiene su forma impecable durante más tiempo. El relleno se vuelve ligeramente más denso, pero sigue siendo increíblemente ligero gracias a la crema batida. Además, solo necesitas templarlo una vez, usas menos boles y hay un paso menos que puede salir mal.
Dicho esto, si quieres probar la otra versión con claras de huevo batidas, baja a la sección “Variaciones Opcionales”; te explico exactamente cómo incorporarlas.
Ingredientes y Sustituciones
Ingredientes para el tiramisú.