1 — Crema blanca (crema base)
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Disuelve las 2 cucharadas de maicena en 100 ml de la leche (remueve bien para que no queden grumos).
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En una olla, mezcla la leche condensada con el resto de la leche, la maicena disuelta y la mantequilla. Cocina a fuego medio-bajo, removiendo constantemente con una cuchara de madera hasta que espese (debe quedar con textura de natilla que cubre la cuchara).
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Retira del fuego y agrega la crema de leche y la vainilla si la usas. Mezcla, deja enfriar a temperatura ambiente y luego reserva en el refrigerador.
2 — Crema de chocolate
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Repite el mismo procedimiento: disuelve la maicena en un poco de leche, mezcla con la leche condensada, el cacao y el resto de la leche.
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Cocina a fuego medio-bajo hasta espesar, retira del fuego y añade la crema de leche. Enfría.
Consejo: Cocina ambas cremas a fuego suave y removiendo sin pausa para evitar grumos y que se quemen en el fondo.
3 — Preparar la leche con chocolate (si usas galletas)
Mezcla leche con una cucharada de cacao en polvo o con leche con chocolate instantáneo. No dejes la mezcla demasiado fuerte para que las galletas no se empapen en exceso.
4 — Montaje
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En un recipiente de vidrio o molde refractario, coloca una capa fina de crema blanca.
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Añade una capa de Bis troceados (o enteros, según prefieras). Si usas galletas, coloca una capa de galletas humedecidas ligeramente en la leche con chocolate.
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Cubre con crema de chocolate.
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Repite las capas hasta acabar las cremas, terminando con la capa de crema de chocolate.
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Decora la superficie con Bis picado y virutas de chocolate.
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Lleva al refrigerador al menos 4 horas; lo ideal es dejarlo toda la noche para que las capas se asienten y el postre esté firme.