-
750 ml de alcohol neutro comprado (vodka de buena calidad, o aguardiente comercial apto para consumo)
-
2–3 cucharadas de virutas de roble tostado (oak chips) o trocito pequeño de palo de roble alimentario (opcional y fácil de conseguir en tiendas de enología)
-
1 vaina de vainilla partida (o 1 cucharadita de extracto de vainilla)
-
1 cucharada de caramelo líquido o 50 g de azúcar moreno (para dar color y redondez)
-
1–2 cucharadas de pasas o piel de naranja seca (opcional, para notas frutales)
Procedimiento (seguro, sin destilar)
-
En una botella o tarro de vidrio limpio, vierte el alcohol neutro.
-
Añade las virutas de roble (poco a poco —empieza con menos, puedes ajustar), la vaina de vainilla y las pasas o piel de naranja.
-
Si quieres color y nota dulce, disuelve el azúcar moreno en un poco de agua caliente y deja enfriar; añade al tarro (o usa caramelo líquido).
-
Cierra herméticamente y guarda en un lugar oscuro y fresco. Agita suavemente una vez al día la primera semana.
-
Prueba a las 2 semanas: si el sabor es ya agradable (notas a madera/ vainilla/dátil) filtra y ajusta dulzor. Si quieres más toques de madera, deja hasta 4–6 semanas probando ocasionalmente.
-
Filtra con un colador fino o filtro de café, embotella y etiqueta.
Notas importantes:
-
No hay destilación: solo maceración/infusión en un alcohol ya potable.
-
Las virutas de roble deben ser de uso alimentario (no barnizadas ni tratadas).
-
Ajusta tiempos y cantidades a tu gusto: más roble = más carácter, más azúcar = más redondez.
-
Esto produce un licor con notas tipo brandy/coñac ideal para cócteles; no es cognac auténtico (denominación controlada), pero funciona estupendo en tragos.