El secreto para cocinar hígado: cómo reducir el olor y dejarlo suave

  1. Remojar en leche o limón
    Antes de cocinar, deja el hígado en leche o en agua con jugo de limón durante 30 a 60 minutos. Esto suaviza la textura y reduce el olor.

  2. Lavar con agua fría
    Después del remojo, enjuágalo bien para retirar restos de sangre y líquidos que concentran el olor.

  3. Cortar en filetes delgados
    Los filetes delgados se cocinan más rápido y quedan más tiernos.

  4. Evitar la sobrecocción
    Cocinar el hígado demasiado tiempo lo vuelve seco y duro. Lo ideal es sellarlo por unos pocos minutos hasta que esté en su punto.

  5. Agregar condimentos y hierbas
    Ajo, cebolla, perejil, comino u orégano ayudan a equilibrar y mejorar el sabor.

  6. Combinarlo con verduras
    Saltear el hígado con cebolla, pimientos o tomate suaviza aún más su gusto y aporta frescura.


Conclusión

El hígado puede ser un alimento delicioso y nutritivo si se prepara con cuidado. Remojarlo, enjuagarlo y cocinarlo en su punto justo son pasos clave para reducir el olor, mejorar la textura y disfrutar de un platillo lleno de sabor.

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