Saber cuándo y cómo beber agua puede marcar una diferencia enorme en tu salud.
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Por la mañana, antes del desayuno:
Bebe un vaso grande de agua al despertar para activar tus órganos y eliminar toxinas acumuladas durante la noche. -
Antes de las comidas:
Un vaso de agua 30 minutos antes de comer prepara tu estómago y favorece la digestión. -
Durante el día, en pequeñas cantidades:
No esperes a tener sed; la sed es ya un signo de deshidratación. Bebe sorbos pequeños a lo largo del día. -
Evita beber grandes cantidades mientras comes:
Hacerlo puede diluir los jugos gástricos y dificultar la digestión. -
Por la noche, antes de dormir:
Unos sorbos de agua bastan para mantener tu cuerpo hidratado durante el descanso, sin sobrecargar los riñones.
🧘♀️ Consejos extra para una hidratación perfecta
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Prefiere agua natural o mineral en lugar de bebidas azucaradas.
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Evita el exceso de café y alcohol, ya que ambos favorecen la deshidratación.
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Agrega rodajas de limón, pepino o menta para darle sabor sin añadir calorías.
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Utiliza una botella reutilizable para controlar la cantidad que bebes al día (idealmente entre 1,5 y 2 litros).