El té de romero también tiene efectos desintoxicantes. Su acción diurética favorece la eliminación de toxinas a través de la orina, lo que contribuye a la depuración del organismo y la prevención de la retención de líquidos. Asimismo, su consumo puede apoyar la función hepática, promoviendo la salud del hígado y ayudando a la eliminación de sustancias nocivas.
En el ámbito del sistema inmunológico, el romero aporta propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias que pueden reforzar las defensas del cuerpo. Consumirlo regularmente en ayunas puede ayudar a prevenir infecciones y reducir la inflamación, lo que resulta especialmente útil en personas propensas a resfriados o afecciones respiratorias.
Además, el té de romero contribuye a la regulación del sistema circulatorio. Sus compuestos activos ayudan a mejorar la circulación sanguínea, reduciendo el riesgo de problemas como la hipertensión y mejorando la oxigenación de los tejidos. Esto se traduce en una mejor salud cardiovascular y en una mayor sensación de vitalidad.