-
Siempre revisá las etiquetas de la ropa antes de aplicar cualquier método para asegurarte de que el tejido lo resista.
-
El bicarbonato también ayuda a eliminar malos olores, por lo que es doblemente útil.
-
Si la prenda está muy amarillenta, repetir el proceso varias veces mejora el resultado.
-
El remojo prolongado, siempre con agua tibia, permite que el producto penetre mejor en las fibras.
-
Combiná bicarbonato con un poco de vinagre blanco para potenciar el efecto blanqueador de forma natural.
-
Evitá la exposición directa al sol durante muchas horas, ya que puede dañar o endurecer las telas.
Recuperar la blancura original de la ropa no requiere productos agresivos, sino confiar en los viejos trucos que las abuelas transmitieron de generación en generación.
Simples, económicos y eficaces, siguen siendo la mejor manera de mantener las prendas como nuevas.