Esta es una de esas cosas que hago cada verano, cuando los tomates están bien maduros, rojos, fragantes… en definitiva, cuando aún conservan ese sabor auténtico. No es nada complicado, claro, pero sí requiere un poco de paciencia y previsión. Pero al final, merece la pena, porque abrir un frasco en pleno invierno y oler ese aroma a albahaca y ajo… bueno, es como volver a julio por un momento.
No soy chef, lo diré ya. Pero se me da bastante bien la cocina y, sobre todo, siempre intento que las cosas sean lo más sanas posible, sin excederme con el azúcar ni con otros ingredientes. Así que sí, puede que esta conserva no sea “perfecta” según todos, pero funciona, y en mi casa la terminamos enseguida.
Conservas de tomate caseras, como las hacía mi abuela: ¡así las conservo todo el año! Tarros de tomates
Tiempo
Preparación de los ingredientes: 20-30 minutos
Preparación de la salmuera y los tarros: 15-20 minutos
Tiempo de reposo antes del sellado: 15 minutos
Enfriamiento completo: 6-12 horas
Tiempo total activo: aprox. 1,5 horas
Valores energéticos
1 tarro de 250 ml: aprox. 120-150 kcal
1 ración (1 cucharada): aprox. 20-25 kcal
Bajo en azúcar, sin grasa, con muchas verduras
Ingredientes (para varios tarros, según el tamaño)
2 kg de tomates maduros (cuanto más rojos, mejor)
1 o 2 chiles, si te gusta picante (a veces los añado, a veces no)
30 g de ajo
Medio manojo de albahaca fresca
1 litro de agua
1 cucharada de sal
6 cucharadas de vinagre blanco
Preparación