Combiná grasas según el tipo de preparación
Podés usar aceite de oliva para salteados rápidos y manteca de cerdo para un asado lento, un guiso tradicional o una masa crujiente. Cada grasa tiene su tarea perfecta.
Medí las cantidades
Una cucharadita puede ser suficiente para darle sabor a toda una preparación. No hace falta exagerar.
Cuidá el corazón sin abandonar el gusto
Si en tu dieta hay carnes rojas con frecuencia, quesos grasos o harinas fritas, quizá necesites bajar un poco la manteca y subir verduras, pescados y legumbres.
Mirá más allá del sartén
El estilo de vida completo importa: actividad física, descanso, hidratación y chequeos médicos periódicos equilibran cualquier elección culinaria.
En pocas palabras
La manteca de cerdo no es ni una villana ni una heroína. Puede ser parte de una cocina deliciosa y consciente si:
• la usás con moderación
• variás las fuentes de grasa
• elegís productos de buena calidad
• mantenés hábitos saludables en general