Un sabor sutil además
Contrariamente a la creencia popular, el agua de la pasta no solo aporta textura. También contiene sal y un ligero sabor que realza el plato. Es como ese condimento final que cambia el resultado sin esfuerzo adicional.
Lo que hay que evitar: enjuagar la pasta
Mucha gente enjuaga la pasta después de cocinarla para evitar que se pegue. ¡Pésimo! Esa fina capa de almidón que queda en la superficie es precisamente lo que permite que la salsa se adhiera. Al enjuagar, se pierde todo ese potencial culinario. El resultado: las salsas se deslizan en lugar de cubrir la pasta como en las trattorias italianas.
¿Qué pasa si comes sin gluten?
Buenas noticias: incluso la pasta de arroz, lentejas o garbanzos libera almidón. Claro, la textura del agua será ligeramente diferente, pero aun así tendrá el poder de añadir cuerpo y consistencia a las salsas. En resumen, no hay excusa para no usarla.
Cómo recuperar y utilizar el agua de cocción de la pasta
La técnica es muy sencilla:
Método del cucharón: reserve uno o dos cucharones de agua antes de escurrir la pasta.
Consejo para la ensaladera: Coloque un recipiente debajo del colador para recoger el líquido directamente.
Transferir con pinzas: Para los espaguetis o lingüines, retírelos de la sartén con pinzas; el agua permanece en el fondo.