La circulación sanguínea también se resiente con los años: manos frías, pies adormecidos, sensación de cansancio sin razón aparente.
El romero puede ser una excelente opción.
Uno de sus efectos menos conocidos, pero muy útiles, es su capacidad para estimular la circulación.
Ya sea en forma de té o aplicado como aceite en masajes, ayuda a llevar más oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo.
Además, tiene una acción relajante sobre músculos y articulaciones.
¿Dolor en las rodillas o molestia en la espalda?
Un baño tibio con hojas o unas gotas de aceite esencial de romero puede aliviar notablemente.
5. Un aroma que también cuida las emociones
No solo el cuerpo siente los efectos de la edad: la mente también.
Llegan las preocupaciones, la ansiedad y el cansancio mental.
El aroma del romero puede ayudarte más de lo que imaginas.
Es una de las plantas más utilizadas en aromaterapia por su efecto revitalizante: aclara la mente, reduce el estrés leve y eleva el estado de ánimo.
Y todo eso sin contraindicaciones.
Solo su fragancia en el ambiente puede crear una sensación de concentración y bienestar.
Parece algo sencillo, pero quien lo prueba, nota la diferencia.