-
Cambios de humor o personalidad (apatía, irritabilidad)
-
Dificultades visuoespaciales (leer, juzgar distancias, reconocer rostros)
-
Pérdida de iniciativa o interés en actividades habituales
-
Problemas de juicio o toma de decisiones
Cómo evaluar si hay un problema
-
Autoevaluación: ¿Olvidas eventos recientes con frecuencia? ¿Repetes preguntas? ¿Necesitas más recordatorios?
-
Consulta médica: Neurólogo o geriatra, detallando síntomas y antecedentes familiares.
-
Pruebas diagnósticas:
-
-
Test cognitivos (MMSE, MoCA)
-
Biomarcadores en sangre (tau, beta-amiloide)
-
Imágenes cerebrales (MRI, PET)
-
Pruebas genéticas para APOE4 en casos de alto riesgo
-
-
Observación de familiares: Ellos a menudo notan cambios antes que la persona afectada.