La primera vez que oí hablar de la salsa chimichurri, me mostré escéptica: “¿Una salsa verde a base de perejil? ¿Qué tiene de especial?”. Luego la probé en un restaurante argentino, servida con una parrillada mixta, y debo decir que fue amor a primera cucharada. Fresca, aromática, ligeramente picante y fragante, esta salsa tiene la capacidad de transformar incluso la carne o las verduras a la parrilla más sencillas en un plato lleno de carácter. Desde entonces, la preparo a menudo en casa: solo se necesitan diez minutos, ingredientes comunes y un poco de paciencia para picar finamente las hierbas.
La belleza del chimichurri reside en que es una salsa “viva”: cada vez resulta ligeramente diferente, dependiendo del perejil que tengas, la cantidad de ajo que añadas (confieso que a veces me paso) y el picante. Es perfecta para quienes aman la cocina sencilla con carácter, y también es una de esas recetas ingeniosas para preparar con antelación, ya que está aún más rica refrigerada.
La receta argentina que nunca deja de sorprender: salsa chimichurri casera, aromática y picante, lista en minutos.
Salsa Chimichurri
Tiempo
Preparación: 10 minutos
Cocción: Ninguna
Total: 10 minutos
Porciones
Aproximadamente 2/3 de taza de salsa (suficiente para 4 personas como salsa para mojar)
Calorías
Aproximadamente 70 kcal por cucharada
Ingredientes
⅓ de taza de aceite de oliva virgen extra
2 cucharadas de vinagre de vino blanco
1 diente de ajo, finamente picado
½ cucharadita de sal marina
¼ de cucharadita de orégano seco
¼ de cucharadita de hojuelas de chile (puede ajustar la cantidad al gusto)
¼ de cucharadita de pimentón ahumado
½ taza de perejil fresco finamente picado (aproximadamente un manojo pequeño)
Preparación
Preparar la base aromática