En un tazón, mezclar el aceite de oliva virgen extra con el vinagre, el ajo, la sal, el orégano, el chile y el pimentón. Debe quedar una emulsión ligera y aromática.
Añade el perejil
Añade el perejil fresco finamente picado. Cuanto más fino lo piques, más suave quedará la salsa. Remueve con una cuchara hasta que se integre bien.
Alternativas
Puedes machacar los ingredientes en un mortero para obtener una consistencia rústica, o triturarlos dos veces en una batidora, pero ten cuidado de no triturarlos demasiado: el chimichurri no debe quedar cremoso.
Ajusta y sirve
Prueba, añade sal al gusto y, si prefieres un toque más intenso, un chorrito de vinagre. Sírvelo inmediatamente sobre carne asada, pescado a la plancha o incluso sobre verduras.
Consejos y variaciones
Si lo prefieres más suave, usa medio diente de ajo o elimínalo por completo.
Puedes sustituir el perejil por cilantro fresco: el resultado será diferente, pero igualmente interesante.
Añadir unas hojas de orégano fresco en lugar de orégano seco le da un aroma aún más intenso.
Prepárala al menos una hora antes de servir: así los sabores tendrán tiempo de integrarse.
Nota personal: También me gusta servirla sobre bruschetta, en lugar de la tradicional salsa de tomate. Una cucharada de chimichurri sobre una rebanada de pan crujiente y caliente, quizás con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, y te sentirás como en Buenos Aires incluso desde casa. Es uno de esos condimentos que nunca pasan de moda y que le da un toque especial a cualquier plato.
Referencias