El pollo es una de las carnes más consumidas en el mundo gracias a su sabor suave, su versatilidad en la cocina y sus beneficios nutricionales. Sin embargo, no todas las partes del pollo son igual de saludables o seguras para comer. Algunos cortes, aunque tradicionales en muchas cocinas, pueden representar un riesgo si no se preparan correctamente o se consumen en exceso.
En este artículo te explicamos cuáles son las cuatro partes del pollo que deberías evitar o consumir con precaución, para proteger tu salud y la de tu familia.
1. La piel del pollo
Aunque la piel crocante puede ser deliciosa, es una de las partes más ricas en grasa saturada. Esta grasa, cuando se consume en grandes cantidades, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y sobrepeso.
Recomendación: Si bien se puede consumir ocasionalmente, lo mejor es retirarla antes de cocinar o al momento de servir el pollo. Una alternativa más saludable es optar por carnes sin piel y combinar con vegetales y granos enteros.