¿Este líquido destruye los huesos? ¿Sabes de qué bebida estoy hablando?

2. La ilusión de los refrescos “sin azúcar” o “light”

Muchas personas cambian los refrescos regulares por las versiones “sin azúcar” o “light” creyendo que están eligiendo una opción más saludable.

Sin embargo, el cuerpo podría no estar de acuerdo. Algunos estudios sugieren que los edulcorantes artificiales de estas bebidas pueden engañar al cerebro.

Alteran nuestras señales de saciedad y, paradójicamente, pueden aumentar el deseo de comer dulces y alimentos más calóricos.

Además, algunas investigaciones vinculan el consumo frecuente de refrescos dietéticos con un aumento de la grasa abdominal.

3. Advertencia para la salud cardiovascular
El impacto en el sistema cardiovascular es otra preocupación importante. El consumo diario de bebidas azucaradas sobrecarga el organismo.

Un estudio realizado por la Universidad de Harvard demostró que este hábito aumenta el riesgo de problemas cardíacos.

En las mujeres, el consumo regular de refrescos también se relaciona con niveles más altos de triglicéridos, un tipo de grasa en la sangre.

Cuando están elevados, se convierten en un factor de riesgo para las enfermedades cardíacas.

4. El impacto directo en el azúcar en sangre
Tanto las versiones endulzadas con azúcar como las endulzadas artificialmente pueden ser problemáticas para el control del azúcar en sangre.

Las bebidas azucaradas provocan picos de glucosa, lo que obliga al páncreas a trabajar más para producir insulina.

Con el tiempo, este proceso puede conducir a la resistencia a la insulina, un paso previo al desarrollo de la diabetes tipo 2.

5. Tus dientes, riñones e incluso tu sueño se ven afectados.

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