«No ha hecho más que mejorar día a día», declaró Carisa a News on 6. A pesar de todo, el ánimo de Phoenix no sólo era alto, sino que también ha inspirado a otros.
«Personas con enfermedades auto inmunes o víctimas de quemaduras, o simplemente gente que lo está pasando mal en cualquier parte, se han puesto en contacto con nosotros para decirnos que él les ha inspirado», dijo Carisa. «Ha sido súper inspirador formar parte de su historia y puede que no cambie el mundo, pero cambia su mundo».
Phoenix se reunió con varios veterinarios especializados en trastornos cutáneos, que trabajaron duro para desentrañar el misterio de la causa de la desfiguración facial del perro.
Tras agotar todas las posibilidades, llegaron a la conclusión de que Phoenix padecía una rara enfermedad auto inmune llamada lupus eritematoso sistémico (LES). El diagnóstico significaba que por fin podían tener la enfermedad bajo control.
Pero todos sabían que gran parte de su enfermedad sería incurable. Según el equipo de rescate, Phoenix nunca recuperaría los músculos de la cabeza, siempre tendría su «sonrisa cursi de tiburón» y necesitaba ropa de perro y crema solar para proteger su piel.
Pero a pesar de todo, Phoenix seguía tan optimista como siempre. «Ha ganado peso. Su piel se está curando», escribió el equipo de rescate. «Juega y ladra. Persigue pelotas y juega al tira y afloja. Incluso duerme en su propio sofá para perros».