Durante sus últimos años, Paulina continuó activa en los escenarios, participando en conciertos, festivales y programas de televisión, siempre con una sonrisa y una energía contagiosa que la caracterizaban. Su voz era considerada una de las más potentes del país, y su legado artístico trascendió generaciones.
Hoy, Ecuador despide a una de sus más grandes intérpretes, una mujer que supo representar con dignidad y pasión la esencia de su cultura. Paulina Tamayo, “La Grande del Ecuador”, se marcha dejando un inmenso vacío en la música, pero también una herencia de amor, arte y orgullo nacional que permanecerá viva en cada nota, en cada canción y en el corazón de su pueblo.