2. Preparar la Mezcla del Flan
En una cacerola grande, mezcla la maicena con el azúcar y la pizca de sal.
Agrega poco a poco la leche fría, removiendo constantemente con un batidor de mano para evitar grumos.
Lleva la mezcla a fuego medio y sigue batiendo sin parar. Este es el truco para obtener un flan sin grumos y con una textura sedosa.
Cuando la mezcla comience a espesar, agrega la esencia de vainilla y la crema de leche. Sigue revolviendo hasta que tenga una consistencia similar a una crema pastelera.
3. Verter y Enfriar
Retira la mezcla del fuego y viértela sobre el caramelo en el molde.
Alisa la superficie con una espátula y deja enfriar a temperatura ambiente.
Luego, lleva el flan al refrigerador por al menos 4 horas, pero si puedes dejarlo toda la noche, ¡mejor!
4. Desmoldar y Servir
Para desmoldar fácilmente, pasa un cuchillo por los bordes del flan y coloca un plato grande encima del molde.
Voltea con cuidado y deja que el caramelo bañe la superficie del flan.
Sirve frío y disfruta de esta delicia suave y acaramelada.
Consejos y Secretos para un Flan de Maicena Perfecto
Sin grumos: Diluye bien la maicena en la leche fría antes de calentarla.
Más cremosidad: Usa crema de leche o leche evaporada en lugar de leche regular.
Dulzura equilibrada: Si prefieres un sabor menos dulce, reduce el azúcar del flan a 1/3 de taza.
Sabor extra: Prueba agregando cáscara de limón o naranja a la leche mientras se calienta para un toque cítrico.
Decoración: Acompaña con frutas frescas, coco rallado o un poco de crema batida.