1. Mezcla la base
En un bol grande, coloca los huevos, el azúcar, la vainilla y la pizca de sal.
Bate bien con un batidor manual o eléctrico hasta que el azúcar se disuelva completamente y obtengas una mezcla cremosa y homogénea.
2. Agrega el aceite y la ralladura
Añade la ralladura de limón y el aceite poco a poco, mezclando constantemente hasta que todos los ingredientes se integren perfectamente.
3. Incorpora los ingredientes secos
Agrega la fécula de maíz y el maní molido (o el coco rallado) y mezcla bien.
Luego, incorpora la harina tamizada poco a poco junto con la levadura química, y mezcla hasta obtener una masa suave, lisa y que no se pegue en las manos.
4. Forma las galletas
Divide la masa en tres porciones grandes.
Coloca una porción entre dos hojas de plástico de cocina y estírala con un rodillo hasta obtener un grosor medio.
Corta las galletas con un molde redondo o con la forma que prefieras.
Coloca las piezas en una bandeja cubierta con papel de horno o ligeramente engrasada.
5. Decora y hornea
Pinta la superficie de las galletas con yema de huevo y espolvorea con un poco de maní triturado o semillas de sésamo.
Hornea en un horno precalentado a 180 °C hasta que estén doradas.