Introducción
Las galletas de fécula de maíz se han convertido en una de las recetas caseras más queridas. Su suavidad y delicadeza, que prácticamente se derriten en la boca, las hacen irresistibles. Son fáciles de preparar, requieren pocos ingredientes y ofrecen una versatilidad increíble para añadir toques personales.
En esta guía descubrirás su historia, secretos para lograr la textura perfecta, variantes deliciosas, consejos de conservación e ideas para presentarlas en ocasiones especiales.
Historia y tradición
Las galletas siempre han formado parte de la repostería tradicional. La fécula de maíz se incorporó gracias a su capacidad de aportar ligereza y suavidad. En países de América Latina, especialmente Argentina y México, se popularizaron versiones caseras conocidas como “maicenas”, y también como base de postres más elaborados.
Cada generación ha adaptado la receta: algunos agregan ralladura de cítricos, otros rellenan las galletas, y muchos disfrutan del sabor clásico que evoca la infancia.
Ingredientes esenciales
Para la receta básica:
-
Fécula de maíz: suavidad y ligereza.
-
Harina de trigo: estructura y consistencia.
-
Azúcar glas: endulza con delicadeza y textura fina.
-
Mantequilla o margarina: sabor, suavidad y cremosidad.
-
Esencia de vainilla: aroma que realza el sabor.
-
Polvo de hornear: galletas más esponjosas.
Con esta combinación obtendrás una masa equilibrada y fácil de trabajar.