1- Mezcla la mantequilla con la leche condensada
hasta formar una crema suave y homogénea.
2- Agrega la vainilla si lo deseas.
3- Agrega la maicena poco a poco.
Primero, mezcla con una cuchara, luego con las manos, hasta que la masa esté suave y no se pegue en los dedos. 4- Dales la forma que prefieras: bolitas, rollos o usa cortadores de galletas.
5- Colócalas en una bandeja de horno sin engrasar. ¡Así es, no se pegan!
6- Hornea en horno precalentado a 180 °C (350 °F) de 12 a 15 minutos. ¡No dejes que se doren, el secreto es que queden blancos!
7- Deja que se enfríen completamente antes de guardarlos. Al día siguiente estarán aún mejores.
🌟Consejo: Sírvelos con café o té… ¡y prepárate para recibir elogios!