1️⃣ Prepara la masa
En un bol grande, bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y homogénea.
Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición para integrarlos completamente.
2️⃣ Incorpora los ingredientes secos
Agrega la harina tamizada, la pizca de sal y un toque de canela en polvo.
Mezcla hasta obtener una masa suave, ligeramente pegajosa pero manejable.
Forma una bola con la masa y colócala entre dos hojas de papel de hornear.
3️⃣ Enfría y estira la masa
Aplana ligeramente con un rodillo y refrigera la masa durante 60 minutos.
Este paso es clave para que las galletas mantengan su forma al hornearse.
4️⃣ Corta las galletas
Precalienta el horno a 180 °C (calor arriba y abajo).
Saca la masa del frigorífico y estírala con el rodillo hasta alcanzar un grosor de unos 5 mm.
Corta con moldes de galletas de las formas que prefieras y colócalas en una bandeja cubierta con papel de hornear.
5️⃣ Hornea y enfría
Hornea las galletas durante 12–15 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados.
Retíralas del horno y deja enfriar sobre una rejilla para que queden crujientes por fuera y tiernas por dentro.