Crujientes por fuera y tiernas por dentro, estas galletas de queso crema son el capricho perfecto para cualquier momento. El queso aporta una suavidad irresistible y un toque ligeramente ácido que equilibra el dulzor, creando una masa sedosa y muy manejable. Se preparan con ingredientes sencillos y en pocos pasos, ideales para hornear en familia o sorprender a tus invitados con un bocado casero que huele a hogar. Puedes dejarlas tal cual, rebozadas en azúcar glas, o añadirles chips de chocolate para un final aún más goloso. Acompáñalas con café, té o un vaso de leche fría y disfruta de unas galletas que se deshacen en la boca y desaparecen del plato en un suspiro.
1. Saca el queso crema y la mantequilla 20–30 minutos antes para que se ablanden; esto asegura una mezcla homogénea sin grumos.
2. Precalienta el horno a 180 °C calor arriba y abajo. Forra 2 bandejas con papel de hornear o tapete de silicona.
3. En un bol grande, bate la mantequilla, el queso crema, el azúcar blanca y el azúcar moreno 2–3 minutos hasta obtener una crema pálida y esponjosa. Raspa las paredes del bol para integrar bien.
4. Añade el huevo y la vainilla; bate solo hasta incorporar. Evita sobrebatir para no introducir demasiado aire, que podría deformar las galletas.
5. En otro bol, mezcla harina, levadura química, bicarbonato y sal. Incorpora los secos a la mezcla anterior en 2 tandas, usando espátula o batidora a baja velocidad, justo hasta que no queden vetas de harina. Si usas chips, añádelos ahora y mezcla lo mínimo.
6. Refrigera la masa 15–20 minutos; así se asienta la grasa y las galletas mantienen mejor la forma.
7. Forma porciones de unos 30 g (≈ 1 cucharada colmada). Pásalas ligeramente por azúcar glas y colócalas en la bandeja dejando 5 cm entre ellas. Aplana apenas con la palma para lograr un grosor uniforme.
8. Hornea 10–12 minutos, hasta que los bordes estén firmes y el centro aún se vea tierno (se asientan al enfriar). Gira la bandeja a mitad de cocción si tu horno calienta irregularmente.
9. Deja reposar 5 minutos en la bandeja y transfiere a una rejilla para que se enfríen completamente y el borde quede crujiente.
10. Truco final: si las prefieres más blanditas, retíralas cuando el centro aún esté pálido; para más crujientes, hornea 1–2 minutos extra. Conserva en lata hermética hasta 4 días o congela las bolas de masa cruda para hornear bajo demanda.