Coloca los vasos en el congelador y déjalos enfriar durante al menos 4-6 horas, o preferiblemente durante la noche, hasta que estén completamente congelados.
Una vez que los helados estén congelados, retíralos del congelador y deja que se descongelen ligeramente durante unos minutos antes de servir. Esto ayudará a que sea más fácil quitar el helado del vaso desechable.
Cuando estés listo para servir, simplemente despega el papel de aluminio o retira la tapa de plástico y tira suavemente del palito de helado para sacar el helado del vaso. Si lo deseas, puedes decorar con trozos adicionales de mango antes de servir.
¡Y listo! Ahora puedes disfrutar de un delicioso helado casero en vasos desechables. Este refrescante postre es perfecto para el verano y se puede personalizar con otros sabores y adiciones como trozos de chocolate, nueces o incluso un poco de menta fresca. ¡Disfruta de este delicioso helado y compártelo con tus seres queridos!
muchas gracias…