El romero (Rosmarinus officinalis) es conocido por su capacidad para mejorar la circulación, reducir la inflamación y aliviar el dolor. Contiene antioxidantes como el ácido rosmarínico y el carnosol, que ayudan a proteger y reparar los tejidos articulares. Por su parte, la hierbabuena (Mentha spicata) actúa como relajante muscular, analgésico suave y digestivo, y también posee compuestos antiinflamatorios que colaboran en la desinflamación de tejidos dañados.
Esta combinación favorece la regeneración de los cartílagos, ya que estimula el riego sanguíneo en las zonas afectadas y aporta nutrientes que promueven la reparación natural del tejido conectivo, aliviando el dolor y mejorando la movilidad de la cadera y rodillas.
Ingredientes:
- 1 cucharada de hojas secas de romero (o un ramito fresco)
- 1 cucharada de hojas de hierbabuena (o un puñado fresco)
- 1 taza de agua (250 ml)
- Llevar el agua a ebullición.
- Añadir las hojas de romero y hierbabuena.
- Apagar el fuego y tapar, dejando reposar 10 minutos.
- Colar y beber tibio, preferiblemente dos veces al día, por al menos 3 semanas.
También puede aplicarse de forma externa: preparar una infusión más concentrada, empapar un paño limpio y aplicarlo sobre la zona dolorida como compresa caliente.
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Conclusión: