Preparar la infusión requiere lavar, hervir y esperar. Ese pequeño ritual obliga a detenerse. Para quienes viven con estrés constante, esa pausa ya representa alivio. Pero aún hay más.
7. Un sabor que limpia emocionalmente
El amargor produce una sensación particular: como si el cuerpo rechazara lo innecesario. Aunque no haya pruebas médicas sobre esto, muchas personas perciben ese sabor como un “recordatorio” para volver a hábitos más ligeros.
6. Una bebida cálida que reconforta
El agua tibia, por sí sola, puede relajar el estómago. Esto, combinado con la hierba, genera un efecto placentero que usuarios describen como un “descanso interno”. Pero espera, lo mejor está por venir.
5. Una tradición que conecta generaciones
Las abuelas enseñaban a recolectar la planta al amanecer, cuando aún tenía rocío. Para muchos, consumirla hoy es una forma de conectar con la historia familiar. Esa carga emocional amplifica la sensación de bienestar.
4. Una leve sensación de ligereza después de días pesados
Aunque no es un tratamiento, varias personas reportan sentirse menos pesadas en días desordenados. La mezcla tibia puede resultar reconfortante en momentos de incomodidad. Pero aún faltan los dos beneficios más llamativos.
3. Un aliado suave para días de calor interno
En épocas de calor o cuando el cuerpo se siente “hirviendo”, esta infusión se toma como refrescante. No baja la temperatura corporal, pero sí brinda una percepción de alivio, especialmente por su amargor característico.
2. Una bebida que acompaña al cuerpo cuando se siente cansado
