Los arándanos ayudan a limpiar el hígado de la grasa acumulada y la chía evita que el hígado absorba las impurezas demasiado rápido.
MODO DE PREPARACIÓN:
Agregue 1 taza de arándanos frescos, 2 cucharaditas de semillas de chía y 1/4 taza de agua a una licuadora y mezcle bien, no cuele el jugo. Se recomienda tomar por la mañana. Si lo desea, puede agregar rábano daikon cortado en cubitos antes de mezclar.
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2: EL JUGO DE MANZANA Y DIENTE DE LEÓN.
Este jugo es una gran opción ya que protege el tejido hepático gracias a la fibra soluble que se encuentra en las manzanas y los dientes de león.
MODO DE PREPARACIÓN:
Agregue manzana roja cortada en cubitos y té de diente de león remojado a un procesador o licuadora. Bebe un vaso cada 3 días y disfruta de sus propiedades. El té de diente de león también se puede obtener de un herbolario o (herbolario) antes de su consumo. Le recomendamos que consulte a su médico.
3: ZUMO (JUGO) DE LIMÓN, PEPINO Y FRESAS.
El pepino es excelente para la astringencia de la piel y también actúa como un tónico para el hígado. Además, junto con las propiedades diuréticas del limón, este jugo es de gran ayuda para combatir el hígado graso.
MODO DE PREPARACIÓN:
Lava y cuela 1 pepino, el jugo de 1 limón, 3 fresas y 2 hojas de menta. Tomar antes del desayuno y mantenerse hidratado durante el día.