«Dios tiene un divertido sentido del humor», dice Jeni. Pero no se arrepienten. «Para nosotros es lo correcto», dice Ray, que trabaja como electricista. «La gente tiene que hacer lo que le conviene. Tener 16 hijos no es para todo el mundo, pero es lo que nos funciona a nosotros».
A pesar de sus ajetreadas vidas, Jeni y Ray encuentran momentos para sí mismos. «¿Tengo tiempo a solas con mi mujer? Claro que sí. Nos dedicamos tiempo el uno al otro», dice Ray con una sonrisa. «Es importante cuidarse el uno al otro».
Sus dos hijos mayores se han ido de casa y se han casado, lo que aumenta la dinámica familiar, ya que Jeni y Ray son abuelos de dos nietos. Es la prueba de que la familia Bonell no para de crecer. Pero con cada adición, el amor, la risa y el sentimiento de unión no hacen más que aumentar.
Dentro de su sistema de listas
En una familia donde la organización es clave, los Bonell han desarrollado una sólida rutina. Desde preparar los uniformes escolares y los almuerzos la noche anterior hasta crear un sistema de rotación para las tareas domésticas, los Bonell hacen que funcione.
«Tenemos un sistema de listas, así que cuando un niño cumple ocho años, se le incluye en la lista», dice Jeni. «Van rotando en tareas como barrer, fregar el suelo, recoger la mesa y ayudar a preparar la comida».